
Champagne y cerezas, y el mundo a nuestros pies. Y la verdad de saberse el nuevo Rey de Rumanía flotando aguas abajo de la locura y la eterna embriaguez. La belleza de los cuerpos que hacen suya la noche insomne, y el sudor de tu cuello como néctar prohibido del que nunca me saciaré. Satén negro entre mis manos y el perfume de los sentidos dormidos que reviven al paso de la última caricia de tu alma morena y zíngara.... Dame la mano compadre que ves como disfruto estos momentos suicidas mientras tú eres presa en tu trono del mismo veneno de hembra que hace brecha en nuestro pecho. Y las lágrimas del poeta, que dan vida a las flores de piedra que surcan el camino de nuestras victorias, saben más saladas en la distancia de su recuerdo... Maldita sea mi estampa, a la mañana siguiente, entre Cordilleras de Prozac y vil garrote de mi tormento, ansiedad del día después, porque..."Yo no quiero un amor civilizado" ..................muere por mí. Yo lo hago con cada una de ellas..........................Champagne y cerezas!