CLICK HERE FOR BLOGGER TEMPLATES AND MYSPACE LAYOUTS »

sábado, 10 de enero de 2009

Divagaciones de la resaca.


No sé donde estaba, pero esta mañana me ha venido a visitar el despreciable duende que adora entrar en mi cabeza para comer hasta hartarse las poquitas neuronas que me van quedando. Nada puede matarlo, ni una ensalada de pastillas que a mí sí me dejan K.O. A estas alturas del sábado ya lo doy por perdido. Más perdido que la montañita de euros que anoche fui desangrando de trago en trago. Soy un hombre del medievo, lo reconozco, y no tengo remedio. Me encanta el vino y yo que hasta la segunda copa voy de morro fino no sé parar hasta apurarme la botella, o más bien las botellas. Y ya después se abre la veda para todo lo que pueda pasar. Pero estas milongas de noches enteras, desgastando las mismas barras de toda la vida y colaborando a aumentar el suicidio colectivo con cualquier especie de colonia barata mezclada con coca cola, me van agotando poco a poco. Me quedo sin mecha, y es que cada vez me cuesta más recuperar la cordura después de una de estas bacanales que por otra parte se vuelven más surrealistas conforme me voy haciendo más viejo. Lo cierto es que este gato es lunático, canalla y solo puede ser noctámbulo, puesto que es a la luz de su luna cuando destapa el tarro de las esencias, aderezándolo con una inundación de alcohol para llegar a su personaje estrella, el que sale para mancillar la honra del que realmente existe. Y son muchas las veces que este hechicero sin tribu le saca los colores al respetable hermano siamés. Y sin embargo, los dos son dueños de mí, nacieron conmigo y conmigo han de morir. ¿Y quien sería yo si rechazara una parte de mi ser?, aunque fuera la que calza una cola roja, un tridente y un colmillo brillante que se ilumina con cada nueva maldad que invente....Por eso, perdonadme pues no soy yo, aunque sí soy yo. Los dos.

0 comentarios: