Lágrimas, juicios y ódio. (II)

Se apartó del grupo, quedó muda apoyada en la columna, con la mirada perdida, mientras el resto seguía su fiesta particular. Nadie la vio, así que con nadie pudo compartir aquella amargura que la dejó casi sin aliento. El inmisericorde recuerdo, que nunca perdona, que siempre espera escondido el momento crucial para saltar sobre las víctimas que somos, siempre de nuestras miserias. No le pudo consolar en aquel instante, ni el alma clara de sus dos pequeños, a los que saca para adelante con el coraje que solamente una madre puede tener. Pero el amor, la peor de las bendiciones que en lo humano se hace sufrimiento, es tan ruin como vengativo y hace astillas cada vez que las barreras de un corazón débil dejan sin protección nuestra alma. Aún así lo peor fue el resto, la masa hipócrita que somos, el rebaño de ignorantes insensibles, incapaces de captar aquel aroma a derrota que una mujer madura, rota de amor por alguien que jamás la mereció, pedía a gritos sin abrir la boca, que la abrazaran, que sintiera el calor de unos brazos amigos, que notara que en este infame mundo, no estaba sola.....Se despidió amablemente del grupo y condujo sus pasos hacia la oscuridad de su dormitorio, al altar de las decepciones que el recuerdo siempre traerá en el momento que menos espere.

Lágrimas, juicios y ódio.

Han pasado dos años, dos meses y algunos días, y el arroyo de sus lágrimas que el recuerdo crea, no lo secará ni el tiempo que todo lo puede. Sin embargo, es la rabia la que mantiene en alto el estandarte de la venganza, de la cual se alimenta la bestia que habita en sus entrañas cuando viene a su mente aquella traición que dejó partido en mil pedazos su corazón, su alma, su amor. Llora de impotencia, porque se encuentra vacío. Él, que dio todo lo que tenía, que no sentía si ella no sentía, que se creía mitad de un mismo sueño, no pudo ver el engaño que al final de aquellos días pasaba por delante de sus ojos. Sus ojos que entonces tenían la mirada de un niño incapaz de pensar que hay personas que hieren con el mero hecho de existir. Aquella mirada que ya no volverá, como no volverá a nacer, como no volverá a querer como entonces, como aprenderá a vivir con el alma rota y desangrándose poco a poco hasta el último de sus días…..Pero, el Dios de mi ateísmo, al que tantas veces nombro y que tanto le gusta retorcer las miserias de los que quizás menos se lo merezcan, puede ser tan mezquino con unos como generoso con otros. Ella desde aquella época no dejó de sonreír, de amar, de vivir. Hubo alguien que llegó en el momento preciso en que las cartas del destino dejaron una mano ganadora en su mesa y no pudo resistirse a ser feliz. Y nosotros, solo mortales, tan asquerosamente débiles por dentro, somos los jueces de la sin razón y los abanderados de la hipocresía…….Y pese a todo, se me hace un nudo en el estómago cuando veo a un tipo tan bueno como cándido, derramar sin consuelo esas lágrimas que nacen directamente del odio que cada mañana vuelve a crecer en su interior cuando despierta consciente de que ella nunca volverá.

Esta mañana en una radio nacional, una niña palestina:


...……………Cuando desperté estaba aquí en el hospital, pero mi madre ya no estaba. Ví su mano entre los escombros de mi casa……….Tampoco estaban mis piernas……………… Creo que se quedaron en casa con mi madre…………………. Tampoco está el resto de mi familia.

(Un fragmento que todos debíamos oír ó conocer).

Divagaciones de la resaca.

No sé donde estaba, pero esta mañana me ha venido a visitar el despreciable duende que adora entrar en mi cabeza para comer hasta hartarse las poquitas neuronas que me van quedando. Nada puede matarlo, ni una ensalada de pastillas que a mí sí me dejan K.O. A estas alturas del sábado ya lo doy por perdido. Más perdido que la montañita de euros que anoche fui desangrando de trago en trago. Soy un hombre del medievo, lo reconozco, y no tengo remedio. Me encanta el vino y yo que hasta la segunda copa voy de morro fino no sé parar hasta apurarme la botella, o más bien las botellas. Y ya después se abre la veda para todo lo que pueda pasar. Pero estas milongas de noches enteras, desgastando las mismas barras de toda la vida y colaborando a aumentar el suicidio colectivo con cualquier especie de colonia barata mezclada con coca cola, me van agotando poco a poco. Me quedo sin mecha, y es que cada vez me cuesta más recuperar la cordura después de una de estas bacanales que por otra parte se vuelven más surrealistas conforme me voy haciendo más viejo. Lo cierto es que este gato es lunático, canalla y solo puede ser noctámbulo, puesto que es a la luz de su luna cuando destapa el tarro de las esencias, aderezándolo con una inundación de alcohol para llegar a su personaje estrella, el que sale para mancillar la honra del que realmente existe. Y son muchas las veces que este hechicero sin tribu le saca los colores al respetable hermano siamés. Y sin embargo, los dos son dueños de mí, nacieron conmigo y conmigo han de morir. ¿Y quien sería yo si rechazara una parte de mi ser?, aunque fuera la que calza una cola roja, un tridente y un colmillo brillante que se ilumina con cada nueva maldad que invente....Por eso, perdonadme pues no soy yo, aunque sí soy yo. Los dos.

Cuando fuimos los mejores!!

Y no entiendo porqué me dio esta mañana por buscar recuerdos de mis 80´s. Un café con tostadas, y tuve otro de esos momentos en que hablo con mi alter ego a solas, tranquilo, sin nadie que adultere el filón de mi locura. A veces pienso que busco demasiado la soledad, y sin embargo la temo...Pero como decía, me asaltaron a la memoria miles de flash de aquella época de mi juventud entre finales de los 80 y los primeros años 90. Que fácil era todo, cuanta adrenalina, que poco me preocupaba la vida sin pensar en el futuro, apelando cada día a la suerte que deparara el no pensar en nada ni en nadie mas que en uno mismo. Ser un contestatario, la perfecta rebeldía, buscar la diferencia de aquel rebaño que habitaba mi tierra y que tildaban como Generación X. No querer ser uno más, ni un buen hijo, ni un buen estudiante, ni el modelo de una sociedad histérica que no entendía el propósito de mi lucha. Ser el Jasón de una nave a la deriva que no sabía que buscaba, pero no renunciaba al combate y la aventura. "Nunca retroceder" se convirtió en la consigna, ni un paso atrás para perder el orgullo jamás y mucho menos ante mis iguales. Y al final, en noches eternas que se sucedían entre oscuros sueños de futuro, mi cuerpo aparecía tumbado en la soledad de mi cuarto, envuelto en mil venganzas sin nombre, repleto de moratones y falsas victorias de guerras que no tenían enemigo. Y el propósito firme de algún día intentar llegar a ser libre y dedicarme solamente a vivir.........Desde mis treinta y tantos, tengo la perspectiva que me da el tiempo, la distancia de aquel horizonte oscuro, que pese a todo me enseñó a mirar al frente y a saborear lo mejor de mis días. Y aunque el reloj no se detenga quisiera poder volver cada momento a sentir aquella fiebre que hacía hervir mi sangre, aquel susurro al oído que te animaba a no detenerte nunca, aquel grito de guerra que despertaba el espíritu del luchador que siempre vivirá en mi interior.... Porque todo aquello ocurrió "Cuando fuimos los mejores".

...carnal...

Esta mañana llegó tu aroma, y ese fue el momento en que comencé a perder la razón. Lo animal, lo que me hace carnal, deja que pase mi tiempo perdido entre húmedas estancias de malas intenciones y recetas inconfesables. El olfato, el más básico e incontrolable de los sentidos. En línea directa con el más ruin de los demonios que me habitan. El que se sienta a la derecha del trono de la diosa lujuria. Deja volar los buitres hambrientos que rodean los cielos de mi inconsciencia. Y tú, que te reconoces en el papel de presa de la vil cacería de los sentidos. Dejas que explote el festival de tu piel y luego te alejas en el antiguo juego del engaño. Seguiremos en esta partida y cuando hartos estemos de mentirnos será el momento de iniciar la marcha hacia olvidadas herencias de un pasado cruel, salvaje....natural.


Adoro el aroma de las mujeres de Amedeo......